jueves, 14 de abril de 2016

CRÓNICA DE LA HUELGA DEL "CÓDIGO ROJO" (13-14 DE ABRIL)

“¡Código rojo, código rojo!” gritaba el nervioso segurata del Rectorado ante el avance de los estudiantes que hacían uso de sus derechos y su fuerza. Y es que no podría haber estado más acertado, porque somos rojos, muy rojos y no podemos sino alegrarnos de que suenen sus alarmas, pues eso significa que algo estamos haciendo bien.


Según datos oficiales, un 75% del estudiantado (mayoría) secundó la huelga en nuestra ciudad, un dato muy plausible después del letargo y la desmovilización social que ha supuesto la falsa ilusión de que nuestros problemas podrían solucionarse insertando votos en una urna.

Plausible es también la organización estudiantil en los barrios como Valdeolleros, donde más de 80 estudiantes se pusieron en marcha a las 11:30, cortando las carreteras y el tráfico donde fue necesario para llegar a Tendillas y sumarse a la manifestación unitaria que partió hacia el Rectorado de la Universidad de Córdoba, así como el gran número de estudiantes de cursos inferiores como tercero y cuarto de la ESO, que han participado como el que más en esta huelga.


La manifestación a la que se sumaron más de medio millar de estudiantes transcurrió con un ambiente poco usual en las movilizaciones de Córdoba: se podían palpar las ganas de combatividad y de una lucha que fuese a más en las reacciones del estudiantado al llegar a las grandes calles donde pedían sentadas para cortarlas, o en estudiantes que se nos acercaban al Comité con comentarios como “¿por qué no entramos en el ayuntamiento?” o “hagamos algo más que no sea el paseíto de todos los años”. Es evidente que, si algo quema al estudiantado, no es ni la combatividad ni la solidaridad ante la represión, sino al contrario el legalismo inmovilista y absurdamente pacífico al que los tienen (o tenían) acostumbrados.

Aún siendo considerable la cantidad de estudiantes que nos hemos podido movilizar, echamos en falta y no podemos sino insistir en la idea de la organización independiente del estudiantado, formando comités entre los estudiantes más concienciados y asambleas abiertas para la movilización de las mayorías. Insistimos e instamos a ponerlo en práctica de la forma más coordinada y organizada posible, poniendo a disposición del estudiantado todo el material disponible para su libre uso y creando así, para todos, la herramienta de organización que necesitamos: los comités estudiantiles que resistan a la ofensiva del capital contra la educación.


Por último, destacar y señalar una valiosa lección que el estudiantado de Córdoba se llevó ayer. No son pocas las veces que hemos terminado nuestras manifestaciones en el Rectorado o en otro lugar siendo estas un mero paseo algo más parecido a una excursión de preescolar que a una protesta seria. Todo ello motivado por organizaciones como el Bloque de Acción Estudiantil (BAE) o el Sindicato de Estudiantes (SE), que prefieren mantener en el inmovilismo más “pacifista” al estudiantado, asustándolo con posibles multas si mueve un dedo en lugar de motivarlo y organizarlo para que éste pueda demostrar su fuerza pasando a métodos de lucha más claros, directos y necesarios para la moral de la mayoría.  Pero ayer algo cambió cuando, mientras otras organizaciones estudiantiles decidieron abandonar o ni siquiera intentar, los estudiantes y el Comité Estudiantil de Resistencia (CER) entraron por la fuerza a un lugar que les pertenece legítimamente y en el que se les estaba negando el paso desde cómodos sillones de dirección. Tal acción tuvo lugar en el patio del Rectorado, donde se concluyó leyendo un comunicado y midiendo las evidentes ganas por parte del estudiantado de dar un golpe sobre la mesa para dejar claro que no estamos dispuestos a vender barato nuestros derechos, sino que por el contrario vamos a presentar resistencia se oponga a ello quien se oponga y empleando los métodos de lucha que sea necesario utilizar.

Sólo la organización independiente del estudiantado creará las condiciones para tales hechos. Busquemos nuestra gente, difundamos la información, seamos conscientes y no simples borregos.

Y ya sabéis, “¡Código rojo, código rojo!” debe oírse más a menudo.

Comité Estudiantil de Resistencia