¿Por
qué decir NO a la huelga de estudiantes del
24 de noviembre de 2016?
1.
La
huelga es una herramienta más de las muchas que tenemos los estudiantes, pero
es la culminación de varios pasos
previos que van desde la toma de
conciencia por parte del estudiantado hasta su organización efectiva desde las
bases. Sin un trabajo previo como este, dicha huelga puede carecer de
sentido y/o aparecer vacía de contenido; por lo que tendrá una nula eficacia,
lo que viene a desmoralizar a todos los
estudiantes.
2.
Las
huelgas pierden su efectividad cuando dejan de ser combativas y se convierten
en simples paseos pactados con la policía. Nos enfrentamos a todo un sistema
que nos niega una educación de calidad y sólo podemos resistir a sus embestidas
mediante la organización y medios
verdaderamente efectivos de lucha como la desobediencia
civil. Defendemos nuestro derecho de
manifestarnos o concentrarnos cómo y dónde queramos y sin previo aviso,
pues se trata de derechos innegociables.
3.
Las
organizaciones oportunistas basan todo su trabajo en organizar este tipo de
manifestaciones de forma unilateral y
vertical, sin contar con los
estudiantes; con el único objetivo de promocionarse y engordar sus filas.
No rechazamos que las organizaciones traten de reforzarse, sino que éste sea el
único fin de la organización y para ello instrumentalicen la huelga.
4.
El
Sindicato de Estudiantes basa su estrategia en huelgas periódicas que se han
convertido en una especie de tradición que nosotros hemos de representar de
forma mecánica cada curso, en algunas ocasiones, incluso varias veces. Esta
organización también utiliza la huelga con fines electoralistas (no es un
secreto su filiación política) y no trabaja para los estudiantes, de tal forma
que en ocasiones ni siquiera forma parte de ellos.
5.
Tanto
el Sindicato de estudiantes como otras organizaciones limitan su mensaje a
cargar contra una nueva reforma educativa o un gobierno concreto. Ya nadie
parece acordarse del plan Bolonia,
ya nadie señala la presencia de empresas
privadas en el ámbito estudiantil, ninguna hace una crítica integral de un sistema que nos prohíbe una educación
digna y prepara a los hijos de la
clase obrera desde pequeños para ser esclavos.
Sin la existencia de un
movimiento estudiantil (y éste aún está por construir) volvemos a caer en una
espiral que deslegitima la herramienta de la huelga, que ha acabado por
convertirse en días de no-asistencia a clase con paseos a los que siempre
acuden las mismas personas, que se vuelven decepcionadas y abandonan sus
reivindicaciones.
Podemos comprobar, que sólo un
movimiento estudiantil fuertemente organizado desde las bases, promoviendo la
creación de comités en cada centro de estudio, concienciando a los demás
compañeros y siguiendo una línea activa de lucha diaria, conseguiremos llevar a
cabo un cambio que de verdad mejore nuestras condiciones como clase obrera.
Estos
son algunos de nuestros puntos innegociables
en torno a la educación:
· Organización
realmente independiente; rechazo y expulsión de todas las mafias sindicales y
políticas que vienen a destruir el movimiento o utilizarlo para fines propios
de dudosa ética.
·
Absolución
de todos los estudiantes represaliados.
·
Educación
científica, laica y no sexista. Ninguna religión tiene cabida.
·
Fuera
las empresas privadas, como el Banco Santander, de la educación pública.
· La enseñanza
debe ser pública y gratuita, a cargo de un Estado Popular. Mientras la
organización socioeconómica capitalista siga vigente, esta educación seguirá al
servicio de las empresas privadas, por lo que la consecución de nuestros
objetivos va unida a un cambio de sistema.